lunes, 8 de agosto de 2016

Stranger Things (The Duffer Brothers, 2016): Torres más raras han caído ¿Y qué?


Por cortesía del maravilloso y despiadado a partes iguales "formato Netflix", el fulgurante amor platónico de verano que ha supuesto la irrupción de Stranger Things va distanciándose, y las convulsiones nerd van dejando paso a una opinión más reposada. La misma fuerza con la irrumpió es ahora la calma con la que nos deja, salvo claro está, por ese pequeño cosquilleo al pensar en el próximo verano:

¿Volveremos a encontrarnos? ¿Sentiremos lo mismo? ¿Seremos capaces de reconectar o ya no nos interesarán las mismas cosas? Si solo hemos compartido 8 episodios... ¿Realmente lo hemos sentido?

8 episodios que pasaron en un suspiro mientras probablemente ponías cara de imbécil. La misma que se te queda al rememorar ciertas escenas cuando nadie te mira. Porque no nos engañemos, igual que ese primer amor de verano, mola mucho decir lo que te gusta, pero mejor que no te vean en su compañía.

Porque con ta y tantos, igual no es muy normal soltar un alarido friki cual Nintendo sixty-foooooour delante de la mitad de tus amigos (que no entienden nada) mientras la otra mitad lo contienen (ya que el tuyo les ha sacado del trance); por no hablar de las lagrimillas furtivas que a veces ni tú mism@ entiendes muy bien...



Y en este suspiro, los Duffer pasan por la izquierda a los Russo como los hermanos de moda, pero esa, amig@s, es otra historia.

Tranquilos, que no estoy aquí para repasar por enésima vez en un blog random toooooooodas las referencias de la serie, pero eso sí, quiero dejar claro aquí NUNCA las llamaremos referencias a la cultura Pop. Sí, ya sé qué Pop es diminutivo de popular, pero es que hasta donde yo recuerdo, más de la mitad de esas referencias no se situaban precisamente en el espectro de lo popular. Medio parafreseando a cierto cantante refiriéndose a cierta banda, Stranger Things es el eco de voces que dijeron la verdad, y que mucha gente escuchó. Voces que representan también a los excluídos, a los demasiado sensibles, a los gordos, a los torpes, a los raros, a los empollones, a los hiperactivos, a los abusados y a los tímidos. Esto no es cultura popular, esto es algo mucho más grande.

Y es que en las semanas transcurridas desde que Netflix la liberara al mundo, y tras el enamoramiento masivo, quizás la crítica más recurrente que perdura es que la serie no inventa nada nuevo. Y a fe que no podría ser más cierto. Porque puede ser que en última instancia, Stranger Things no cuente nada mucho más allá de NOS GUSTAN LOS 80: nos gusta Stephen King, Dungeons & Dragons (el juego señores), John Carpenter, la Amblin, Pesadilla en Elm Street, los sintetizadores, las BMX, la ciencia aplicada, la Patrulla X, las conspiraciones gubernamentales, los efectos especiales prácticos, Cuentos Asombrosos, el tubo catódico, las 8 pistas, el VHS, las Ataris y los Spectrum. Quizás no cuenta nada que de una u otra manera no hayan explicado ya los propios King, Lovecraft, Gygax y Arneson (D&D), Spielberg, Claremont, Craven, Windsor-Smith, Kyle y Yost, o Del Toro; las reposiciones de Twilight Zone, Galerians, Silent Hill, Expediente X, o tantos otros...

Pero es que amigos y amigas, ahí es donde reside su magia. Porque cuando has nacido en 1980 y prácticamente cada una de esas cosas te apasionaron, cuando la voz de los Duffer es el eco (y no una suplantación impostora) de todas esas voces que te formaron desde tu más tierna infancia (a la cual te retrotraes a través de sus principales protagonistas), resonando también para todos aquellos que quizás éramos demasiado sensibles, o torpes, o tímidos, o sencillamente fuera del espectro de lo poular, pese a no haber absolutamente nada raro en nosotros (nuevamente, a imagen de sus protagonistas) ¿Cómo demonios no perder el culo y enamorarse hasta las mismísimas trancas?

Y es tan sencillo como eso, como ese primer amor platónico de verano que te gustaría compartir con todos, pero no necesitas justificar ante nadie. Puede que el próximo verano ya no seamos los mismos, que ya no nos interesen las mismas cosas o no consigamos conectar con la misma naturalidad. Pero el primer verano y el cosquilleo del que está por venir, eso ya nos pertenece, y nadie puede arrebatárnoslo.


viernes, 13 de mayo de 2016

10 cosas que todo el mundo ventila como errores en Batman v Superman que para mí no lo son (2 de 3)



4. ¿Por qué se acusa a Superman de unos asesinatos que no ha cometido? (viene de 3, 4, 5, 6 y 7 El plan de Lex)

Creo que nunca he leído ni escuchado más acerca de las virtudes de una autopsia que para criticar esta escena y su repercusión. Y es que amigos y amigas, el tema es que NADIE en toda la puñetera película dice que Superman haya matado a nadie. Se llama intervención en suelo soberano, y daño colateral. Algunos dirán que también hubo daño colateral en MoS y solo parece importarle a Bruce Wayne y su ex-trabajador, pero es que el escenario no es comparable. En MoS Superman interviene coordinado con el ejército para detener una amenaza global, y es precisamente esta colaboración en el pasado la que obliga indirectamente a las autoridades a tomar cartas en el asunto esta vez. Cualquier sospecha de que Superman pudiera haber intervenido con el beneplácito de los EEUU para detener a un enemigo (real o potencial) del país, debe ser eliminado de raíz.
No se está acusando a Superman por las muertes, se le está llamando a declarar para esgrimir su responsabilidad en un incidente internacional que puede acarrear graves consecuencias diplomáticas. Y si a estas alturas necesitamos que nos expliquen esto con más texto del empleado, creo que tenemos un problema.

Y ya de paso, aclarar que todo esto se complementa y da sentido a la subtrama de la bala. Es cierto que puede no ser la subtrama mejor resuelta del mundo, pero no carece de sentido. Recordemos que la CIA utiliza a Lois Lane para llegar hasta este supuesto terrorista a través de Jimmy Olsen. Por lo tanto, la intervención de Superman resulta perfecta para borrar sus huellas y presentar al alienígena como responsable del incidente. Admitir, no solo la implicación de la CIA, sino la posible relación en todo ello de un empresario americano como Luthor supone un problema cuya solución es tan sencilla como dejar al azuloso en el ojo del huracán. No es necesario ponerla de "gran thriler político" oiga, pero de ahí a considerar estas ramificaciones, con cierto subtono crítico y muy relacionado con la realidad, como un error imperdonable, creo que va un trecho.

5. ¿Por qué hacer explotar el Capitolio?

Pongámonos en situación. Luthor quiere que Batman mate a Superman. Esto es tan sencillo que no requiere explicación alguna, y aún así sigo encontrando gente que se pregunta por qué quiere que uno de los dos mate al otro. No, uno de los dos no: Batman a Superman. Ese es el plan, siempre fue el plan, y ese seguirá siendo el plan en sucesivos visionados.

Y en este punto, Batman ya tiene todo lo que necesita, salvo un último empujoncito. Está cabreado, pero no lo suficiente. Y tiene miedo, mucho miedo (la mirada desde el Batmóvil no deja lugar a dudas). Por otro lado, la imagen de Superman se ha debilitado, pero él no lo ha hecho.

La explosión del Capitolio no es sino el movimiento definitivo para situar ambas piezas en el tablero, justo donde él las quería. Un empujón definitivo a la rabia de un hombre que ha perdido demasiado, incluyendo la paciencia, y el golpe de gracia definitivo a la confianza de otro, que en algún momento creyó que, tal vez, esforzándose lo suficiente, podría salvar a todo el mundo, solo para fallar una vez más.

Una voz me grita a lo lejos. "Eh, pero Mercy Graves está en el Capitolio, cómo se puede ser tan hijodeputa? ". Bueno, querido lector imaginario, Superman puede ser ingenuo, pero no imbécil, y si solo hay dos asientos vacíos en toda la sala, que pertenecen precisamente a Luthor y su asistente, quizás la cosa no habría salido como planeaba. Además alguien tenía que colocar el té de melocotón a Holly Hunter. No es necesario creer en las teorías de que Mercy es un robot, Lex llegaría hasta ahí y mucho más lejos. Cualquier encarnación, Lex, Lex Jr... bueno, cualquiera menos sus precedentes cinematográficos.

6. ¿Cómo ha averiguado Lex la identidad de Batman y Superman?

Como lector de cómics, podría deciros que, por lo visto en los archivos de Lexcorp (sí, esos archivos encriptados con información sobre otros metahumanos que alguno ha confundido con Bing o Google Search) todo parece indicar que Lex cuenta con una especie de variante de Brother Eye, un satélite creado en los cómics por Batman para monitorizar toda actividad metahumana a raíz de un problema de confianza por lo sucedido en Crisis de Identidad.

Y lo haría de manera de manera más extensa, de no ser porque no podría importarme menos. No necesito cinco minutos de metraje con el vilano explicándole al héroe las fases y pormenores de su plan antes de que éste lo eche por tierra. Es irrelevante para el desarrollo de lo que nos están contando, pero sobre todo, es absurdo exigirle a la película que lo justifique. No es complicado para un hombre con la obsesión y los medios de Luthor llegar a obtener esta información. Podéis usar la imaginación y/o la capacidad de asociación con lo que sí se muestra; o seguir quejándoos, total, para lo que sirven...

Y dicho sea de paso, este Luthor, algo sabe de identidades secretas. A fin de cuentas, él mismo dispone de una, y respetando si gusta o no gusta, hay que reconocer que le da sentido y credibilidad al hecho de que ambos héroes le subestimen en un principio

7. ¿Por qué crear una criatura que no puede controlar?

Volvamos sobre nuestros pasos. Luthor quiere que Batman mate a Superman, le provee de todo lo necesario, y le coloca en el punto emocional donde va a estar dispuesto a hacerlo. Y Luthor cree que Batman va a derrotar y matar a Superman. Y no se equivoca. Pero podría fallar, y ahí es donde entra en juego Donatello Doomsday. Algo llamado contingencia (quedaros con esta palabra, porque volveremos).

Y no me invento nada. En el momento de crear a la bestia, podemos escuchar claramente una cuenta atrás. La única utilidad real de una cuenta regresiva que no implique la coordinación de varios elementos (como sí sería que dos personas giren una llave o pulsen un botón al mismo tiempo), es la de poder detener el proceso antes de que finalice. Por eso Superman tiene un tiempo límite, para que en caso de que el plan salga como estaba previsto y no regrese, poder detener la creación de Doomsday.

Más allá de esto, lo mismo da creer que si Doomsday mata a Superman, Lex no podría detenerlo, como creer que sí. A fin de cuentas, es él y no nosotros quien cuenta con el conocimiento de un millón de civilizaciones, ¿verdad?

Con esto cerramos el plan de Lex y nos dejamos los tres últimos puntos para el cierre de este tríptico. Prometo tardar menos. Saludos a tod@s!

lunes, 11 de abril de 2016

10 cosas que todo el mundo ventila como errores en Batman v Superman que para mí no lo son (1 de 2)


Las señales estaban ahí, nunca una película produjo tanto ruido a su alrededor antes de su estreno. Batman v Superman pudo sobrevivir en su primera semana al asedio masivo desde los puntos más variopintos de la red de redes, pero finalmente el poder del clickbait ha acabado dejando una muesca profunda en un producto que ilusionaba a muchos y atemorizaba a otros tantos. Y no se trata de deslegitimar a nadie, no me malinterpretéis, cada uno es libre de generar su propia opinión y expresarla, pero si las tendencias no tuvieran repercusión alguna en el mundo real, nadie se molestaría en crearlas, ¿verdad?

Quienes conozcáis a los chicos de Cinemasins o HISHE, habréis disfrutado con los centenares de vídeos en los que sacan, siempre con mucho sentido del humor, fallos de guión o de ejecución a todo bicho viviente. Si lo reducimos al ámbito del blockbuster, no se salva ni uno, Pero esta vez  lo van a tener realmente complicado para sorprendernos con algo que no hayamos visto. La caza de Batman v Superman se ha convertido en deporte nacional, y lo que es peor, apenas sin sentido del humor.

Partamos de la base tan manida como evidente, de que ningún producto es perfecto. Eso no debería ser óbice para anteponer todo este circo de "busca el error en la escena" a sus muchas virtudes, aunque por las airadas reacciones de algunos, que parecen haber tomado ofensa personal en ella, así lo parezca. Así que me voy a permitir el lujo de ahondar en 10 puntos que por todas partes se ventilan como errores, algunos gravísimos, que en cambio para mí no lo son. 
Aclaro de antemano que cualquier comparación que utilice es únicamente a modo ilustrativo, que parece que haya que andar con mucho ojo de no rasgar la piel de sus detractores...

1. No es una película para todo el mundo, exige ser fan de los cómics para apreciarla

Vamos a dejar clara una cosa, entiendo que la confusión que generan un par de escenas pueda sacar puntualmente de la película, y desviar la atención del conjunto a quien no sabe nada sobre cómics. Pero lo cierto es que, ensoñaciones aparte, el esqueleto de la película solo requiere haber visto Man of Steel para entender el 90% de lo que ocurre durante sus más de dos horas y media, y con un mínimo de atención, su trama principal al completo. 
Sin entrar a compararlas, un 90% es bastante más de lo que se entiende, por ejemplo, en el primer visionado de Matrix Reloaded, sin salir del ámbito del blockbuster.
Para el 10% restante, y como fan, me niego a posicionarme en contra de una película que, por una vez, piensa en mí como tal y se atreve a adentrarse en territorios donde no la creía capaz de hacerlo.
Otra cosa es que haya que ser fan para disfrutarla al máximo, pero para entenderla o disfrutarla moderadamente? En absoluto.

Parece que de repente tengamos que juzgar con mayor severidad que la película se salga de una zona de confort de cara a la audiencia general, que lo que nos ofrezca a la audiencia a la que en última instancia debería tener en mayor consideración: todos aquellos que, más allá de una entrada de cine o un blu-ray, hemos estado años dejándonos las perrillas en cómics, esos libros con dibujitos cuyos paneles, sin ser una adaptación directa, salpican esta película más que ninguna otra hasta la fecha.

Por otra parte, serlo tampoco garantiza la satisfacción. Batman v Superman posee un esqueleto comiquero mucho más clásico que Man of Steel o la trilogía de Nolan, pero aún así, es imposible satisfacer a todos los paladares. Sería tan absurdo como pretender que todos los lectores de novelas tuvieran una mayor o mejor predisposición hacia sus adaptaciones literarias (cuando en muchas ocasiones, como veremos en el punto 2, es a la inversa)

Y voy con la primera comparación ilustrativa, muy reciente además. Deadpool es una película hecha por y para fans, y así es como se ha promocionado en gran medida. Para fans de un personaje bastante poco mainstream, dicho sea de paso. El caso es que de todas las virtudes que quien os habla le puede encontrar, las que me parecen más notables exigen un conocimiento bastante profundo del género, sus precedentes, el dolor causado por X-Men Origins: Wolverine o Green Lantern, la importancia de un traje amarillo, quién es realmente el señor Stan Lee, un tal Ferris Bueller... 
Quítale todo eso, y para mi gusto, se queda en una película resultona, con unos créditos iniciales maravillosos, y un par de buenos punchs entre mucho caca, culo, pedo, pis, paja. Ah, y el chiste de los pantalones marrones que lleva contándome mi padre más de 20 años...
Y sin embargo un buen número de personas, en absoluto familiarizadas con esos precedentes casi necesarios, la tienen también en alta consideración. Más de 700 millones de recaudación en taquilla y sus buenas valoraciones así lo atestiguan. Más allá de si personalmente me parece lógico o no, ¿quién soy yo para decir que se equivocan?

2. Este no es mi Superman, me lo han cambiado

Warner y Zack Snyder tienen entre manos un arma de doble filo llamada Superman. Como símbolo, primer superhéroe pijamero, y patrimonio de la humanidad, podríamos pensar que su capacidad de atracción a una sala de cine es casi tan grande como su popularidad. Sin embargo esto no es del todo cierto cuando te enfrentas a un problema heredado de esa misma popularidad: todo el mundo tiene su propia idea de Superman (y a veces no necesitan más que esa). Desde los más fieles, hasta los que hace décadas que no leen un cómic, pasando por los que solo vieron Superman The Movie, o la serie animada, los fans de Smallville, y un largo etcétera. Una idea arraigada durante años que hace que a algunos les resulte muy difícil aceptar la de otros. 
A un servidor siempre le parecieron más interesantes las historias que presentan a un Superman con conflictos, debilidades, o simplemente lidiando con problemas muy humanos, bien sea en la continuidad principal (Superman grounded, Para el hombre que lo tenía todo, Paz en la Tierra...), bien bajo el sello Elseworlds o no exactamente dentro de continuidad (Kingdom Come, All Star Superman, Qué le ocurrió al Hombre del mañana?...), o bien en otros medios (la semilla germinal de Superman II, mucho más interesante que su predecesora, aunque víctima de una ejecución problemática e irregular).
Aún así, entiendo que para un buen número de personas, el concepto "Superman", el símbolo, el héroe, el hijo predilecto, pueda estar por encima de todo lo demás.
De todas maneras, y ahí viene mi problema, ni siquiera en esos casos encuentro afrenta alguna en la película. Si bien en Man of Steel nos encontrábamos con un Superman en pañales que se veía obligado a hacer frente a Zod mientras todavía intentaba decidir si realmente quería (y podía) ser ese tal Superman, las cosas han cambiado bastante en 18 meses.
Aunque todavía primerizo, en esta nueva entrega ya encontramos al héroe por convicción. Clark tomó su decisión, quiere ser ese héroe, y está dispuesto a intentar vivir a la altura de esa responsabilidad.
Creo que aquí existe un pequeño problema de entendimiento. Al inicio de la película, Superman es considerado mayoritariamente como un héroe. Tiene una estatua en su honor, y tal como especifican un par de escenas implicando a Bruce Wayne o a Perry White, cuenta con el beneplácito de la mayoría de la opinión pública. Sin embargo, mucha gente parece haber entendido, sin que la película lo especifique en ningún momento, que la opinión general está ampliamente dividida desde el minuto uno.
No es sino a raíz del incidente internacional y la explosión en el senado cuando se produce esta división tumultuosa, y cuando Superman es asaltado por la duda y la culpabilidad. Pero a pesar de este bache, si recapitulamos, nos encontramos con el siguiente bagaje final: Superman salva a decenas de personas, se culpa a si mismo cuando no consigue hacerlo, planta cara a Batman por sus métodos y finalmente le salva de si mismo (luego lo vemos en profundidad), se coloca delante de una bomba nuclear lanzada por aquellos a quienes intenta proteger para asegurarse de que Doomsday reciba el impacto, y en última instancia, pese a las dudas previas y al bombardeo, vuelve a sacrificarse para salvar al mundo, exponiéndose indefenso al monstruo bajo los efectos de la kryptonita. 
Mientras que Batman ha cedido en gran medida a la amargura (la rabia, la sensación de impotencia...) y Wonder Woman confiesa que se retiró del mundo, Superman emerge como el mayor héroe incluso en su hora más oscura, tras su mayor fracaso, y sin el apoyo unánime de aquellos a quienes se prometió proteger cuando decidió qué clase de hombre quería ser. Y digo yo, como balance heroíco no está mal ¿verdad? Es muy fácil ser Superman cuando todo el mundo te ve como tal, pero hay que tener nos buenos meteoritos y un corazón más grande que la dichosa S para morir también por quienes te cuestionan y hasta por quienes te odian.

¿Superman? A tomar por culo!
3, 4, 5, 6 y 7 El plan de Lex

Teniendo en cuenta que el plan de Lex es el eje sobre el que gira la mayor parte de la trama, es normal que tener problemas con él equivalga casi irremediablemente a una valoración negativa del conjunto. Hay quien incluso afirma que no tiene plan alguno... Imagino que la culpa es de Nolan, por hacer creer al personal que un tipo que tiene calculados al segundo la mayoría de sus movimientos es en realidad un agente del caos que no responde a plan alguno (abro paraguas)

3. ¿Por qué iba un terrorista internacional a entrevistarse con Lois Lane?

Nunca dejan de sorprenderme las dificultades que a veces parecemos experimentar para reconocer elementos de nuestro propio mundo cuando se trasladan a la ficción. 
Históricamente, los Estados Unidos han apoyado o financiado a individuos o grupos internacionales que más tarde se han convertido en su enemigo. Hablar por ejemplo en primera persona con uno de estos individuos (o potenciales cuanto menos) suena como algo en lo que una ganadora del Pulitzer podría estar interesada. Muchos parecen interpretar que esto sería como entrevistar a Osama después del 11-S; yo creo que más bien sería como hacerlo bastante antes.
¿Y qué obtiene a cambio la otra parte? ¿Por qué no hacer sus cosas de terrorista en Youtube y que lo vea todo el mundo? Pues posiblemente pudiera obtener más que El Chapo dejándose entrevistar por Sean Penn y una celebrity mexicana... 
En primer lugar, este supuesto terrorista (recordemos que Lois Lane pregunta, no afirma) podría tener algo que decir, algo que ganaría muchísima más repercusión, y sobre todo credibilidad bajo la firma de una periodista americana de reconocido prestigio que un vídeo random que podría salir de cualquier parte y que sería fácilmente manipulable.
Si nos queda una pregunta de todo esto, para mí no tiene nada que ver con Lois y su presencia allí, sino con los mercenarios de Luthor y cómo consige infiltrarlos en esa situación. Eso, en cualquier caso, es un cabo suelto, pero no un error. No queda explicado, pero no entra en contradicción con ningún otro punto de la película.
Explicarlo absolutamente todo mediante diálogos sería sobre-expositivo y catastrófico para un primer acto que ya de por si ha parecido saturado a más de uno.
Y directamente relacionado con esto, llegaríamos al punto 4.

(...continúa en la parte 2)

viernes, 18 de marzo de 2016

Marvel lo hizo primero...

Feige, Feige everywhere.

A pocos días de su estreno parece que Batman v Superman toma velocidad de crucero, y abrirá con buenas cifras. A falta del veredicto, más influyente de lo que se podría pensar, de las webs especializadas (especialmente Rotten Tomatoes en USA), parece que todos los vaticinios apocalípticos de los cazadores de tráfico van perdiendo fuerza.

No quiero abrir aquí un nuevo debate videncial, ni convertir el blog en la hora del recreo, pero durante toda esta espera, imbécil de mí, he perdido más tiempo del necesario leyendo comentarios y respuestas en todas esas páginas que se reparten un pastel que otros no llegamos ni a oler.

Me gusta, no me gusta, Zack Snyder esto o aquello (y penes, seguimos con los penes), hola soy Sandro Rey y la película va a ser la hostia/la peste, etc... Salvo la sensación de necesitar una ducha tras perder el tiempo en semejantes demostraciones prosáicas, nada que objetar.

A lo que sí tengo que objetar, y enérgicamente, es a un argumento recurrente del que he acabado hasta la mismísima gorra. Es un solo argumento que se divide principalmente en dos afirmaciones.

1. El DCEU va a ser una mierda porque Marvel lo hizo primero.

Queridos niños y niñas, en esta dura carrera que es la educación primaria, os voy a dejar una tarea para la próxima semana. Se trata de memorizar una lista de cosas que DC hizo primero, y sin embargo Marvel hizo (o vendió) igual de bien o mejor. Recordad que esto no es una medición de genitales lucha de poderes. El objetivo es asimilar que primero no significa mejor.

JLA / Vengadores: Cada grupo superheroíco ha pasado sus altibajos, formaciones, reformaciones... Y me parece justo considerar un empate técnico entre la Liga y Los Vengadores. La Liga se fundó 3 años antes que los Vengadores, y si miramos a la Sociedad de la Justicia como primer grupo, la diferencia se eleva hasta los 23.

Dr. Midnite / Daredevil: Daredevil es sin duda uno de mis personajes preferidos. Y el de tantos otros. Sin embargo, hay que reconocer que su origen y habilidades "recuerdan" mucho a los del Dr. Midnite, con elementos prestados de Batman. 23 años separan a uno del otro.

Dr. Fate / Dr. Strange: Aunque el Hechicero Supremo de Marvel se merienda en popularidad al Dr. Fate, su debut en las páginas no llegó hasta 1963, nuevamente, 23 años después que su contrapartida en la Distinguida Competencia.

Investigadores de lo desconocido / Los 4 Fantásticos: Precisamente 4 años después del nacimiento de Los investigadores, Jack Kirby auto-plagiaba sin mucho disimulo más de uno y dos elementos para co-crear Los 4 Fantásticos ¿Alguien duda que se hicieron muchísimo más grandes?

Ho haveu vist???
Tornado Rojo / Visión: Prácticamente el mismo personaje. 8 años de diferencia.

Timber Wolf / Lobezno: Quizás a más de uno le sorprenda descubrir que, 10 años antes de la primera aparición de Logan, DC incorporaba a su catálogo a un personaje prácticamente idéntico, y prácticamente con los mismos poderes (incluyendo el factor curativo).

Se llamaba Timber Wof y lo conocen en su pueblo y alrededores

Menciones especiales: Sargento Rock (1959) / Sargento Furia (1963), Green Arrow (1941) / Ojo de Halcón (1964), Darkseid (1970) / Thanos (1973), Solomon Grundy (1944) / Hulk (1962). Otro día si eso os hablo de Namor y Aquaman, que es un caso de ida-vuelta-ida de lo más entretenido.

Y directamente relacionado con este argumento, llegamos al punto

2. Quieren presentar demasiados personajes de golpe! Todo corriendo porque Marvel lo hizo primero

Muy bien, Marvel decidió dar a sus personajes principales una película en solitario antes de Los Vengadores. Fantástico. Sobra decir que a excepción del Capitán América, ni uno solo de ellos podía competir en popularidad general (no entre fans) con Batman y Superman, pero vamos a reducirlo a lo más básico.

Aún sabiendo que, ni de lejos, todo el que vio Vengadores hubiera visto las películas anteriores, ni siquiera voy a analizar lo que me parece que deja a entrever este hecho de la mayoría de esas películas. Tampoco me voy a fijar en si su nexo de unión hasta llegar a Vengadores es, cuanto menos, circunstancial. Insisto, voy a reducir la cuestión a lo más básico.

En Vengadores, además de repartir el protagonismo, en su primer encuentro, entre seis héroes y un villano ya conocidos, la película introdujo a Clint Barton, Maria Hill, y Thanos. (Coulson ya salía en Iron Man, pero nadie le recordaba)
En la Era de Ultrón, donde se ampliaba aún más el elenco de personajes conocidos que debían repartir minutos (con Máquina de Guerra, Falcon...), se introdujo a Visión, Bruja Escarlata, Quicksilver, Ulysses Claw y Ultrón. Ah, sí, y la familia clandestina de Ojo de Halcón.

Y sin embargo, parece el mayor de los problemas que en una cinta donde el protagonismo principal lo comparten solamente dos personajes (uno de ellos con película propia y una relación mucho más que circunstancial con ésta), se deba introducir a: Wonder Woman (otro icono que sí tendrá película en solitario para responder preguntas, pero que no tienen por qué lastrar un ápice su presencia), Aquaman y Lex Luthor. Y es que muchos pretenden vender que los cameos de Flash, Cyborg, y quizás Linterna Verde, posiblemente en su identidad civil, ya cuenta como introducir personajes...

Sin más, os dejo. La semana que viene volvemos con todo, podcast especial, y casi con total seguridad. entrada en el blog.
¡Saludos a tod@as!

lunes, 29 de febrero de 2016

Repaso a los Oscars 2016 y el por qué de mis predicciones (17 de 21)



Sí, lo sé, este año no subí quiniela al blog, y en el programa que grabamos hace una semana, en caliente, posiblemente divagué a la hora de hacer una predicción clara, dando más importancia a lo que creía justo que a vaticinar realmente lo que podía pasar.

http://www.ivoox.com/ep-34-oscars-2016-masacre-bvs-audios-mp3_rf_10590983_1.html

Sin embargo, esto es lo que pasaba anoche en el grupo de Facebook de El DeLorean de M&M
http://www.facebook.com/groups/1465314980354061/


Igual está feo que yo lo diga, pero lo diré igualmente. A diferencia de Forbes, Variety o Indiewire, y en contra de los deseos de mi corazón, quien os habla acertó todas las categorías principales, errando únicamente en las categorías de canción, los dos premios de sonido, y la gran sorpresa de los efectos visuales. Actualmente me encuentro sin empleo, así que escucho todo tipo de ofertas: articulista, redactor, crítico o vidente. Referencia aquí.

Dicho esto, pasamos a analizar. Pese a sus 6 estatuillas, es difícil considerar a Mad Max: Fury Road como la gran ganadora de la noche al no haber podido recoger ninguna de las dos guindas al pastel (Mejor director o Mejor película), pero al menos es reconfortante que mis augurios iniciales de que podía verse incluso excluida de algunos premios técnicos no se hayan cumplido. Desde luego, tampoco lo es The Revenant, que siendo mejor película que Birdman ha visto reducidas sus aspiraciones de 12 candidaturas a 3 premios. Comentaré categoría por categoría, de abajo a arriba y si procede, el por qué de mis apuestas finales durante la noche de ayer.

Mejores efectos sonoros (Ganador: Mad Max)

Aunque en conciencia creía que debía ganar Mad Max (la ganadora finalmente) o Star Wars, aposté por The Revenant pensando en la tendencia a repartir los premios técnicos entre las grandes favoritas. Si finalmente, como creía, la película de Iñárritu no se acababa llevando el premio gordo, los premios de sonido podían ayudar a engrosar sus números.

Mejor sonido (Ganador: Mad Max)

Descartando en este caso a Star Wars, preveía nuevamente un mano a mano entre Mad Max y The Revenant. Aunque mi corazón estaba con la primera, el motivo de mi apuesta es exactamente el mismo que en el caso anterior.

Mejores efectos visuales (Ganador: Ex Machina)

La gran sorpresa de la noche. Que nadie me malinterprete, disfruté con Ex Machina e incluso me habría gustado que se fuera de la gala con el Oscar al mejor guión original, pero Spotlight era demasiado favorita en esa categoría. En ningún caso contaba con este premio. Por más que su relación presupuesto/resultado sea excelente, es sorprendente que haya batido a las dos grandes favoritas (Mad Max y Star Wars) y a un outsider que aspiraba a demasiado para lo que acabó recogiendo (The Revenant). Aunque es cierto que tanto Mad Max, como sobre todo Star Wars, juegan en otra liga presupuestaria, de juzgar el uso de recursos, salvando las distancias, no habría sido muy diferente a premiar District 9 (inmejorable resultado con 30 millones) por encima de Avatar (y sus casi 250 para lograr las mayores cotas jamás alcanzadas en 3D), o premiar a Troll Hunter y sus exiguos 2,5 millones de presupuesto en 2010.

Mejor maquillaje y peluquería / Mejor vestuario (Ganador: Mad Max)

Aunque siempre hay que contar con los títulos ambientados en otra épocas para estas categorías, la cosa parecía presentarse nuevamente como un mano a mano entre Mad Max y The Revenant, con Carol y La chica Danesa como outsiders en vestuario. Premios merecidos, y dos aciertos más a la saca.

Mejor Montaje (Ganador: Mad Max)

Es difícil dilucidar cual es realmente el mejor montaje sin saber exactamente qué es lo que se queda en la mesa de montaje. Por méritos propios, este premio debía dilucidarse entre las 3 mujeres nominadas en la categoría. Finalmente, el Rock & Roll de Margaret Sixel (esposa de George Milller) triunfó por encima del pulso firme de Brandon y Markey (Star Wars). Nada que objetar.

Mejor largometraje documental (Ganador: Amy)

Premio cantado desde el minuto uno. ¿Justo? No lo sé. Los académicos tampoco.

Mejor largometraje de animación (Ganador: Inside Out)

Pese al nivel que puedan tener sus contrincantes, si Pixar se muestra medianamente inspirada no tiene competencia en esta categoría. Y con Inside Out lo han estado.

Mejor diseño de producción (Ganador: Mad Max)

Aunque la capacidad de los académicos para sorprender no conoce límites, se me hacía realmente difícil creer que Mad Max pudiera quedarse sin este premio. Pese al buen nivel de alguna de sus competidoras, nadie le hace sombra en este apartado. Los centenares de páginas de storyboards y diseños que durante años han ido circulando por las manos de George Miller, y su perfecta traslación a algo real y tangible, así lo atestiguan.

Mejor Canción (Ganador: Writings on the Wall - Spectre)

El tono emocional del tema interpretado por Lady Gaga (Til it happens to you) hacía presagiar que sería la gran elegida. Sorprendentemente, el discreto tema de Spectre se llevó el galardón a casa. Como dije en el programa, Chris Cornell (You know my name - Casino Royale, ni nominada en su día) no aprueba este premio.

Mejor banda sonora (Ganador: Ennio Morricone - The hateful eight)

Premio por acumulación, por insistencia, para un compositor que lo mereció más en otras ocasiones, en una categoría con algunas ausencias notables.

Mejor fotografía (Ganador: Emmanuel Lubezki - The Revenant)

No cabe duda de que John Seale lo bordó en Mad Max. No cabe duda de que Roger Deakins y Robert Richardson son grandísimos fotógrafos/cinematógrafos. Pero de lo que tampoco me cabe duda es de que cuando El chivo Lubezki está on fire, es el mejor. Sin paliativos. Si The Revenant, a medio camino entre una película de supervivencia/venganza y un sobrecogedor documental paisajístico, destaca en algo muy por encima del resto, es en el trabajo del maestro de la luz (de las pocas veces que coincido en un calificativo con Iñárritu) y su tercer Oscar consecutivo.

Mejor Guión adaptado (Ganador: La gran apuesta)

Su victoria en en la Director's Guild hacía presagiar que no se irían de vacío. Tan solo Room o Brooklyn podían contar con alguna posibilidad, sin embargo esta apuesta distaba mucho de ser grande; lo esperado por todos.

Mejor Guión original (Ganador: Spotlight)

Otro premio cantado. Aunque a partir de la campaña OscarsStillSoWhite algunos creían que Straight Outta Compton podía dar la sorpresa, o tal vez la pequeñita pero meritoria Ex Machina, lo cierto es que las posibilidades eran muy bajas. Spotlight, una de las grandes favoritas de los académicos durante gran parte de la carrera, no podía irse de vacío, y este era el premio más sencillo de predecir.

Mejor película de habla no inglesa (Ganador: Son of Saul)

Copie y pegue aquí el comentario de Mejor Documental.

Mejor actriz de reparto (Ganadora: Alicia Vikander - La chica Danesa)

Cada vez que se nomina a un actor/actriz principal como de reparto, lo más normal es que se lo acabe llevando. Vikander, marca en expansión, no ha sido una excepción. Nominar este papel para principal (lo que es) y Ex Machina para reparto era abrir las puertas a un posible doblete, poco interesante para una maquinaria que no deja de ser una industria.

Mejor actor de reparto (Ganador: Mark Rylance - Puente de espías)

Aunque con la cabeza mi ganador era Tom Hardy, mi corazón estaba con Sly. La Academia le debía cuanto menos un Oscar a Rocky Balboa, pero sospechaba que no iba a pagar su deuda. El intelectualismo predominante solo concebiría premiar a un héroe de acción si abandona completamente sus registros, y en este caso, hasta su nombre.
Creo que no me equivoco si digo que, de perder por ejemplo Tom Hanks a un hijo (Dios no lo quiera, es solo un ejemplo), se le premiaría en su primera candidatura tras el suceso. Más aún si lo hiciera, por ejemplo, con un Forrest Gump crepuscular, con referencia incluida dentro de la película. Pero Sly es un héroe de acción, y no solo eso, es el héroe de acción que se convirtió en hombre de negocios, capaz de rentabilizar sus propias producciones al margen de una industria que no contaba con la emancipación de un instrumento de usar y tirar.
Tom Hardy tendrá muchas más oportunidades, es un coloso, Sly, como Rocky Balboa, estaba ante la que podría ser su última oportunidad, y como Rocky, ha perdido con la cabeza bien alta, y se va con el cariño del público.
¿Y por qué aposté por Rylance? Sencillo. Creyendo que no iban a pagar su deuda con Sly, y siendo la de Hardy una gran interpretación, pero de un personaje despreciable (y la manía de mezclar las cosas salvo que se trate del Joker), solo me quedaba una opción, igual que a Spielberg para no irse de vacío...

Mejor actriz principal (Ganadora: Brie Larson - Room)

Larson había ido recogiendo uno a uno todos los grandes premios de la temporada en USA. Cualquier otra cosa habría sido una sorpresa mayúscula.

Mejor actor principal (Ganador: Leonardo DiCaprio - The Revenant)

No voy a mentir, llegué a pensar que Eddie Redmayne podría llegar a repetir y hundir en la miseria al mejor actor de su generación. Leonardo DiCaprio ha aprendido finalmente que no basta trabajar con los mejores, no basta la transformación física, la expresividad, o la entrega absoluta a situaciones de alto riesgo para su carrera. Para llevarse el gato al agua hay que interpretar a un hombre bueno, sufridor, y creyente en el Karma. Esa es la única explicación posible para que, el que debiera ser su tercer Oscar como actor principal sea únicamente el primero. Porque Jordan Belfort era un ser despreciable y Howard Hughes un lunático. Ahora que ya lo tiene, espero que siga aceptando papeles arriesgados y no se limite a repetir la fórmula. Todos saldremos ganando.

Mejor Director (Ganador: Alejandro González Iñárritu - The Revenant)

Resulta contradictorio que, cuando a excepción de la fotografía, todos los apartados técnicos que en mayor o menor medida dependen del director fueron para Mad Max, se premie a Iñárritu por encima de George Miller. No importa que el segundo tenga 70 años, y una empresa como Mad: Max: Fury Road a esa edad sea casi comparable al viaje del protagonista de The Revenant.
Y no es que sea una injusticia. The Revenant, aunque solo sea por la ambición de salir de un escenario prefabricado donde solo ameritaba una meticulosa planificación como Birdman, para trasladarse a un entorno que acaba robándose media película, ya merece una alta consideración, así como el virtuosismo técnico, fuera de toda duda, del director mexicano.
Pero sospecho que las simpatías responden a otros motivos, cuanto menos dudosos para quien os habla. Porque Iñárritu se ha convertido en el nuevo gurú, un hombre con la capacidad de vender sin que parezca que está vendiendo. Un meticuloso y perfectamente temporizado discurso sobre decisiones al límite, entornos hostiles y condiciones extremas que no casa demasiado con el discurso habitual de otras ocasiones: el arte por encima de todo. Más si cabe cuando esas son, precisamente, las mismas condiciones a las que se enfrentó tu máximo rival, repito, a sus 70 años.

Mejor Película (Ganador: Spotlight)

Muchos me preguntaréis, Marcos, ¿por qué Spotlight? Y mi respuesta sigue al hilo de la categoría anterior. Al grano.

Mad Max: Fury Road es un Blockbuster. Solo han roto esa barrera El Retorno del Rey (por insistencia y aplastamiento), Braveheart, y Gladiator. No lo hicieron, entre otras, Tiburón, El Imperio Contraataca, En busca del Arca perdida, o Avatar. Casi todas ellas, con algo más de chicha o pretensiones que el puro Rock & Roll en el páramo. Por más que para los que disfrutamos de todo tipo de cine no fuera una opción ni mucho menos descabellada, sus opciones reales eran ínfimas. Y así seguirá siendo durante mucho tiempo. Mejor nos acostumbramos...

The Revenant era sin duda la gran favorita en la mayoría de las quinielas. PERO, premiar con dos dobletes consecutivos a Iñárritu por dos títulos con una recepción cuanto menos dividida entre el público, podría suponer un agravio comparativo demasiado grande con auténticas leyendas del cine que nunca lo consiguieron. Le habría elevado a un Olimpo donde, ni siquiera sus más firmes defensores (un saludo Unai) pueden creer con el corazón que merezca estar a día de hoy.

Y el gusto general por las películas más buenistas y lacrimógenas del tito Spielberg pertenece ya a otro tiempo.

Así que la opción, aunque arriesgada, debía ser Spotlight. Aparte de lo ya expuesto, por los motivos siguientes.
En primer lugar se trata de un tema controvertido, que sin embargo casa a la perfección con la línea trazada por el Papa Francisco, así que no corría el riesgo de poner en pie de guerra a la Iglesia Católica.
En segundo lugar, antes de la irrupción de The Revenant, era la que parecía liderar la carrera, y a veces, solo a veces, la primera impresión es la que cuenta.
Y en tercer y último lugar, se trata de una película coral, ergo, con más actores implicados, ergo, potencialmente con más relaciones entre los académicos. No es un factor decisivo, pero puede ser importante.

En definitiva, la gran beneficiada por consideraciones ajenas a lo que es estrictamente la película, y una nueva contradicción histórica de los premios de cine más famosos del mundo. Lo de más prestigiosos cada vez lo tengo menos claro.

Sin más, cierro este repaso invitándoos a compartir vuestras reflexiones en los comentarios o a través de cualquiera de las redes sociales.
¡Saludos a tod@s!

jueves, 18 de febrero de 2016

Deadpool (Tim Miller, 2016) - Doble cheesebacon XXL.


Deadpool es lo que sucede cuando "el efecto Kingsman" se reproduce con un personaje desconocido para el público general, pero con un fandom fiel entre los lectores de cómic, y la simpatía general de los que no son tan fans.

Una película que no es ni más ni menos de lo que cabría esperar. Entretenida, moderadamente gamberra y por momentos muy divertida (otros no tanto). Un humor que pierde bastantes enteros cuando se sale de la auto-referencia, donde sí raya a un nivel bastante alto, pero no nos engañemos, porque así es Deadpool.

La violencia explícita está, pero va perdiendo fuelle a medida que avanza la cinta, hasta una batalla final bastante descafeinada en ese aspecto. Sin duda el Rated-R tiene más que ver con cuestiones sexuales y de vocabulario, ya que desde la escena del puente, esa violencia se va difuminando y apareciendo en pequeñas dosis.

Aunque también cabe la posibilidad de que a sus fans más hardcore este Deadpool no les parezca lo suficientemente trillado, parece que finalmente Ryan Reynolds sí había nacido para ser Deadpool. Yo, sin encontrarme entre ellos, así lo creo. Antes, necesitó cuatro incursiones bastante fallidas en adaptaciones de cómic. Dos como protagonista, y una con, supuestamente, el "mismo" personaje. Bien por él y su persistencia. Recordémoslo antes de dilapidar a otros actores en dudosas producciones (sí, me refiero a Fant4stic).

Deadpool no será recordada como una de las mejores películas del año al término del mismo, como uno podría llegar a pensar por algunas reacciones, pero oye, que le quiten lo bailao. Se ha ganado una secuela donde, con suerte, y algunos medios más, quizás podamos ver algo como mínimo igualmente gamberro, pero un pelín más espectacular.

Lo mejor:
-Aunque algo alejada del cánon (especialmente con los secundarios), fiel al espíritu del personaje.
-El humor auto-referencial, bien sea al género, a Ryan Reynolds, o al propio estudio.
-Morena Baccarin, maravillosa como Vanessa.
-La dinámica que se establece entre algunos personajes, como Dopinder/Deadpool o Vanessa/Wade.
-Los créditos iniciales (y su resolución posterior) molan mucho.

Lo peor:
-Un villano principal random y con poco carisma.
-Poco valor de revisionado (veremos si finalmente aparece en formato doméstico esa rumoreada versión 1.5)
-El bueno de Coloso, salvo en un par de momentos, parece estar un poco de pegote. Su CGI es bastante mejorable, aunque en honor a la verdad, no luce peor que el de Bryan Singer, ni mucho menos.
-Gina Carano.
-Quien espere algo extremadamente transgresor, podría salir decepcionado.

The Dark Critic vs. HitFix (and Man of Bronze). Objetivo: "Batman v Superman: Dawn of Justice"

Hace un tiempo me prometí a mí mismo dejar de lado estos infructuosos vs. Una futilidad que ya manifestaba en el mismísimo título de uno de ellos.
Porque si a la pregunta ¿Qué pasa cuando una fuerza imparable se encuentra con un objeto inamovible?, obtenemos una paradoja, esta no es tal si la fuerza que topa con ese objeto inamovible no es, de hecho, imparable.

Voluntaria o involuntariamente, Marvel Studios y DC/WB han creado una corriente antagónica de seguidores mucho más acentuada de lo que jamás haya sido entre lectores asiduos de cómic en el pasado. Y en el caso de Marvel Studios, estos son legión. Una legión activa en las redes sociales, ruidosa, y sobre todo, profundamente negativista y negacionista en todo lo relacionado con la competencia. Competencia que, a fin de cuentas, solo importa a las arcas de los estudios, y poco debería importar a la audiencia. En todo caso, debería incluso ser celebrada, ya que la esencia última de ésta es la de impulsar a los competidores a mejorar, a no relajarse, a ofrecernos más y mejores alternativas. Un espíritu que se está corrompiendo para detrimento de todos, excepto para las arcas de unos.

Ingenuamente, uno podría pensar que estos perfiles pertenecen a una audiencia mayoritariamente juvenil, creadora de mucho white noise, pero sin una capacidad real para influenciar a otras audiencias. Y puede que en el fondo así sea. Pero ahí es cuando entra en juego el llamado Clickbait. En una época en la que se habla más de lo que rodea a una película, que de la película en si misma, y en la que cientos de revistas especializadas, shows, blogs, páginas web, podcasts, canales de youtube, etc, intentan repartirse la tostada, la independencia ha pasado a convertirse en una rareza. Incluso medios de prestigio como Variety se hacen eco de cualquier rumor lo suficientemente extendido, aun si sus fundamentos son tan sólidos como la mantequilla, o sus especulaciones tan previsibles como el resultado de un partido entre profesionales y juveniles. Porque no se trata de informar, se trata de atraer a esas legiones, incrementar el tráfico, mejorar el posicionamiento, sin importar el daño colateral generado por el camino. Hombres y mujeres hechos y derechos, que no crean del todo tendencia, sino que más bien aprovechan y acrecentan las existentes para atraer hacia si mismos a todo ese fandom entregado y abnegado. Y de paso, aunque sea de manera circunstancial a los del otro bando y a los neutrales, porque a veces el tráfico no entiende de colores...

Tal es el caso del último rumor que sacude la red, iniciado por Drew McWeeney a través de HitFix, con un timing muy curioso: apenas unas horas después del magistral trailer final de Batman v Superman. En su exposición, de aproximadamente dos minutos, lo único que podría calificarse de "noticia" es que ha tenido acceso a gente que ha podido ver la película y el resultado no es el que esperaban. El problema es que esto no es contrastable en ningún caso. No porque, como algunos le piden en Twitter, no revele sus fuentes (ya sabemos que el periodismo no funciona así), sino porque oficialmente no se están ofreciendo screenings previos de la película a la prensa. No se puede corroborar a través de fuentes oficiales que nadie ajeno a la producción de la película haya tenido acceso a ella por el momento.
A continuación, McWeeney procede a especular durante la mayor parte de su exposición. "En Warner están preocupados", "Me sorprendería que JL se estrene cuando estaba previsto", "Me sorprendería que Zack Snyder la dirigiera", "Creo que adelantarán la película de Batman", etc...

Obviamente, como todos los grandes estudios, Warner está pendiente (que no preocupada en el sentido tremendista que se le está dando) de su inversión, y nuevamente, como todos los grandes estudios, va a ser reactiva a lo que dicte la taquilla. Así que condicionando la reacción del público, conseguimos que nuestras predicciones tengan alguna posibilidad de convertirse en realidad. Y si Batman v Superman no rebasa con creces a Man of Steel, lógicamente una de las primeras decisiones podría ser la de sustituir a Zack Snyder, cuyos haters también se cuentan por legión, al menos en la dirección. Y siendo Affleck la opción más plausible, también sería lo más lógico adelantar su Batman. Primero por ser la marca más robusta de la que disponen para rentabilizar al máximo una tercera inversión de gran magnitud, y segundo, para ver cómo se desenvuelve en un campo que, como director, le es ajeno. No sería la primera decisión de este tipo en el género, puesto que también hemos tenido cambios y célebres fugas, como la de Edgar Wright, en Marvel Studios, pero si se da, seguro que será la más sonada. En manos de estos grandes informadores, sonará como algo así: una demostración más de que WB anda por este mundo de los superhéroes como pollo sin cabeza, sin un plan definido y sin una dirección clara. ¿Veis? Yo también puedo hacer predicciones de medio pelo.

Drew McWeeney, el mismo que se inventó la supuesta política de que no podía haber bromas en las películas de DC, y al que ahora muchos dan credibilidad por el simple hecho de que hizo una crítica positiva a Man of Steel. Él mismo alude a sus 17 años de experiencia como crítico para fundamentar la solidez de sus incursiones en el periodismo informativo. No sé a qué espera Carol Leonning para ponerse a escribir lo primero que se le pase por la cabeza o le cuente algún vecino sobre la película...

Mención especial para Pedro Angosto, a quien cito ya que no tiene a bien permitir que cualquier comentario ajeno a sus intereses rebase la moderación en su blog Man of Bronze, pese a hacerse de manera respetuosa.
Un profesional capaz de crear mucho y diverso contenido, que sin embargo parece rebajarse a los más básicos instintos cuando de Batman v Superman se trata. La última, hacerse eco de las palabras de McWeeney dándoles carácter de sacrosantas, y haciendo gala de un medalleo inusual en alguien de su perfil. La penúltima, un repaso de unas 100 palabras, contando artículos y preposiciones, al último trailer de la película. Un análisis desde un prisma tan cínico, que si lo quisiéramos aplicar al trailer de Civil War, el resultado sería el mismo, eliminando la frase en la que habla con cierta sorna de Alfred, y añadiendo... explosiones por ejemplo. Y puestos a hablar de explosiones, en su línea, citar a Michael Bay, aludiendo a otro de los instintos más básicos de sus lectores, la vergüenza. Una frase en la que dice algo así como "ya sabemos a qué tipo de canis va dirigida la película" es la demostración más clara de ese juego tan obvio.

En conclusión, a un mes de su estreno, y tras un trailer sensacional, Batman v Superman afronta la fase final de su promoción herida de gravedad, con una proyección que en condiciones normales debería rebasar los 1000 millones de dólares, y que ahora podría verse rebajada a poco más de 800. Mucho tendrán que remar para contrarrestar el daño hecho. Pero el mayor daño puede ser el que nos estemos generando nosotros mismos, porque si la película resulta ser magnífica, pero la taquilla insuficiente, podrían haber cambios. Cambios que podrían ser, y eso sería lo más lógico, simplemente de cromos (Snyder por Affleck o George Miller), o de estrategia, sin duda más problemáticos.
Sabemos que la calidad no va asociada a la recaudación (p. ej. Batman Begins con 370 millones, o Iron Man con 580, por los 640 de Thor 2 o los 1400 de Age of Ultron), pero desde luego la recaudación sí que va ligada a la toma de decisiones. Y aunque la valoración general fuera muy buena, si los números no acompañan, es más que probable que WB no quiera jugarse una tercera inversión de semejante calibre a la misma carta. Así que a todos esos visionarios con dotes precognitivas, grandes maestros del prejuicio y mejores cazadores de visitas: gracias. Que Dios os lo pague con mucho tráfico.

¡Saludos a tod@s!

jueves, 11 de febrero de 2016

Lectura recomendada (del semestre): La Cosa del Pantano de Mark Millar y Grant Morrison (Swamp Thing 140-171, 1994-96)

Después de que la "eficiencia alemana" me haya mantenido varios meses casi incomunicado, retomo el blog con una entrada sencilla de esas que, si me pongo a contar meses, os debo unas cuantas. Al lío.


Durante estos meses de aislamiento involuntario, entre otras cosas, me he podido dedicar a completar lecturas pendientes. Y una de ellas ha sido esta etapa de La Cosa del Pantano recopilada en los dos tomos de "La Biblioteca de Lucien" publicados por Planeta, un formato no demasiado agradecido, pero el único disponible, y que tal vez ECC debería tener a bien reeditar, una vez amortizada la tercera versión recopilada en el mercado hispanohablante de la etapa de Alan Moore.

Y precisamente esa saga nacida de la genial pluma e indescifrable cabeza  del de Northampton, había sido hasta la fecha mi (casi) único contacto con el personaje. Y tiene una explicación, la más sencilla de todas; completada su lectura, lo más fácil es pensar que, después de Moore, no hay nada.

Pero si bien es cierto que el conjunto de esta etapa no alcanza las cotas de genialidad de Moore, no es menos cierto que dista mucho de ser considerado como "nada".

Y es que allá por 1994, un desconocido Mark Millar, tutelado por otra superestrella británica como Grant Morrison durante los primeros números, proponían un nuevo giro a la historia del elemental después de que, tras su marcha, se abandonaran prácticamente todas las bases sentadas por Moore.

Pero no se limitaron a crear un sucedáneo barato de algo irrecuperable, sino que con mucha personalidad (y para mi gusto, acierto), crearon algo diferente, y expandieron el Universo y la mitología de la Cosa mucho más allá, dando cierre a la historia de un personaje que no sería retomado hasta 2004 (ya que el arco de Vaughan de 2001 nos propone a "otra" Cosa del Pantano), y tampoco lo haría por mucho tiempo.

A grandes rasgos, Morrison pone la psicodelia y el onirismo, y Millar pone la violencia y el lenguaje soez. Y al final lo que nos queda, si queremos compararla con la propuesta de Moore, es una historia menos ecologista pero más terrorífica; menos psicológica pero más psicotrópica (aunque también existencialista y filosófica); menos profunda, pero también mucho más dinámica. Una lectura ágil, vertiginosa, con decenas de personajes entrando y saliendo, y malrollera. Sobre todo malrollera. Y es que si os hacéis con uno de esos tomos con olor a viejuno y humedad, u os dedicáis a su lectura en un estado semifebril, os garantizo que en más de una ocasión no vais a poder contener la náusea. No faltan un buen puñado de momentos en los que, más que a Millar y Morrison, su imaginario parece evocarnos a Clive Barker o H.R. Giger. En el dibujo, Phil Hester o John Mueller entre otros, plasman con absoluta solvencia este tono tétrico, onírico y violento, casi siempre con un buen dominio de la narración secuencial, al menos para un paladar curtido pero sin conocimientos técnicos como el de quien os habla.

Una lectura que bien merece ser recomendada, incluso enérgicamente, pese al vacío editorial al que de momento parece condenada. Que sí, que Moore es muy bueno y muy rentable, pero que su Cosa del Pantano sea un 10, no debería de relegar a este 8 holgado al olvido editorial, y menos en estos tiempos, en los que la reedición de cualquier cosa medio decente tiene muy buenos números de rentabilizarse mejor que algunas dudosas novedades...

Si ya la habéis leído, o lo habéis hecho a raíz de esta recomendación, os invito a compartir vuestros pensamientos en la sección de comentarios. ¡Saludos a tod@s!