lunes, 29 de febrero de 2016

Repaso a los Oscars 2016 y el por qué de mis predicciones (17 de 21)



Sí, lo sé, este año no subí quiniela al blog, y en el programa que grabamos hace una semana, en caliente, posiblemente divagué a la hora de hacer una predicción clara, dando más importancia a lo que creía justo que a vaticinar realmente lo que podía pasar.

http://www.ivoox.com/ep-34-oscars-2016-masacre-bvs-audios-mp3_rf_10590983_1.html

Sin embargo, esto es lo que pasaba anoche en el grupo de Facebook de El DeLorean de M&M
http://www.facebook.com/groups/1465314980354061/


Igual está feo que yo lo diga, pero lo diré igualmente. A diferencia de Forbes, Variety o Indiewire, y en contra de los deseos de mi corazón, quien os habla acertó todas las categorías principales, errando únicamente en las categorías de canción, los dos premios de sonido, y la gran sorpresa de los efectos visuales. Actualmente me encuentro sin empleo, así que escucho todo tipo de ofertas: articulista, redactor, crítico o vidente. Referencia aquí.

Dicho esto, pasamos a analizar. Pese a sus 6 estatuillas, es difícil considerar a Mad Max: Fury Road como la gran ganadora de la noche al no haber podido recoger ninguna de las dos guindas al pastel (Mejor director o Mejor película), pero al menos es reconfortante que mis augurios iniciales de que podía verse incluso excluida de algunos premios técnicos no se hayan cumplido. Desde luego, tampoco lo es The Revenant, que siendo mejor película que Birdman ha visto reducidas sus aspiraciones de 12 candidaturas a 3 premios. Comentaré categoría por categoría, de abajo a arriba y si procede, el por qué de mis apuestas finales durante la noche de ayer.

Mejores efectos sonoros (Ganador: Mad Max)

Aunque en conciencia creía que debía ganar Mad Max (la ganadora finalmente) o Star Wars, aposté por The Revenant pensando en la tendencia a repartir los premios técnicos entre las grandes favoritas. Si finalmente, como creía, la película de Iñárritu no se acababa llevando el premio gordo, los premios de sonido podían ayudar a engrosar sus números.

Mejor sonido (Ganador: Mad Max)

Descartando en este caso a Star Wars, preveía nuevamente un mano a mano entre Mad Max y The Revenant. Aunque mi corazón estaba con la primera, el motivo de mi apuesta es exactamente el mismo que en el caso anterior.

Mejores efectos visuales (Ganador: Ex Machina)

La gran sorpresa de la noche. Que nadie me malinterprete, disfruté con Ex Machina e incluso me habría gustado que se fuera de la gala con el Oscar al mejor guión original, pero Spotlight era demasiado favorita en esa categoría. En ningún caso contaba con este premio. Por más que su relación presupuesto/resultado sea excelente, es sorprendente que haya batido a las dos grandes favoritas (Mad Max y Star Wars) y a un outsider que aspiraba a demasiado para lo que acabó recogiendo (The Revenant). Aunque es cierto que tanto Mad Max, como sobre todo Star Wars, juegan en otra liga presupuestaria, de juzgar el uso de recursos, salvando las distancias, no habría sido muy diferente a premiar District 9 (inmejorable resultado con 30 millones) por encima de Avatar (y sus casi 250 para lograr las mayores cotas jamás alcanzadas en 3D), o premiar a Troll Hunter y sus exiguos 2,5 millones de presupuesto en 2010.

Mejor maquillaje y peluquería / Mejor vestuario (Ganador: Mad Max)

Aunque siempre hay que contar con los títulos ambientados en otra épocas para estas categorías, la cosa parecía presentarse nuevamente como un mano a mano entre Mad Max y The Revenant, con Carol y La chica Danesa como outsiders en vestuario. Premios merecidos, y dos aciertos más a la saca.

Mejor Montaje (Ganador: Mad Max)

Es difícil dilucidar cual es realmente el mejor montaje sin saber exactamente qué es lo que se queda en la mesa de montaje. Por méritos propios, este premio debía dilucidarse entre las 3 mujeres nominadas en la categoría. Finalmente, el Rock & Roll de Margaret Sixel (esposa de George Milller) triunfó por encima del pulso firme de Brandon y Markey (Star Wars). Nada que objetar.

Mejor largometraje documental (Ganador: Amy)

Premio cantado desde el minuto uno. ¿Justo? No lo sé. Los académicos tampoco.

Mejor largometraje de animación (Ganador: Inside Out)

Pese al nivel que puedan tener sus contrincantes, si Pixar se muestra medianamente inspirada no tiene competencia en esta categoría. Y con Inside Out lo han estado.

Mejor diseño de producción (Ganador: Mad Max)

Aunque la capacidad de los académicos para sorprender no conoce límites, se me hacía realmente difícil creer que Mad Max pudiera quedarse sin este premio. Pese al buen nivel de alguna de sus competidoras, nadie le hace sombra en este apartado. Los centenares de páginas de storyboards y diseños que durante años han ido circulando por las manos de George Miller, y su perfecta traslación a algo real y tangible, así lo atestiguan.

Mejor Canción (Ganador: Writings on the Wall - Spectre)

El tono emocional del tema interpretado por Lady Gaga (Til it happens to you) hacía presagiar que sería la gran elegida. Sorprendentemente, el discreto tema de Spectre se llevó el galardón a casa. Como dije en el programa, Chris Cornell (You know my name - Casino Royale, ni nominada en su día) no aprueba este premio.

Mejor banda sonora (Ganador: Ennio Morricone - The hateful eight)

Premio por acumulación, por insistencia, para un compositor que lo mereció más en otras ocasiones, en una categoría con algunas ausencias notables.

Mejor fotografía (Ganador: Emmanuel Lubezki - The Revenant)

No cabe duda de que John Seale lo bordó en Mad Max. No cabe duda de que Roger Deakins y Robert Richardson son grandísimos fotógrafos/cinematógrafos. Pero de lo que tampoco me cabe duda es de que cuando El chivo Lubezki está on fire, es el mejor. Sin paliativos. Si The Revenant, a medio camino entre una película de supervivencia/venganza y un sobrecogedor documental paisajístico, destaca en algo muy por encima del resto, es en el trabajo del maestro de la luz (de las pocas veces que coincido en un calificativo con Iñárritu) y su tercer Oscar consecutivo.

Mejor Guión adaptado (Ganador: La gran apuesta)

Su victoria en en la Director's Guild hacía presagiar que no se irían de vacío. Tan solo Room o Brooklyn podían contar con alguna posibilidad, sin embargo esta apuesta distaba mucho de ser grande; lo esperado por todos.

Mejor Guión original (Ganador: Spotlight)

Otro premio cantado. Aunque a partir de la campaña OscarsStillSoWhite algunos creían que Straight Outta Compton podía dar la sorpresa, o tal vez la pequeñita pero meritoria Ex Machina, lo cierto es que las posibilidades eran muy bajas. Spotlight, una de las grandes favoritas de los académicos durante gran parte de la carrera, no podía irse de vacío, y este era el premio más sencillo de predecir.

Mejor película de habla no inglesa (Ganador: Son of Saul)

Copie y pegue aquí el comentario de Mejor Documental.

Mejor actriz de reparto (Ganadora: Alicia Vikander - La chica Danesa)

Cada vez que se nomina a un actor/actriz principal como de reparto, lo más normal es que se lo acabe llevando. Vikander, marca en expansión, no ha sido una excepción. Nominar este papel para principal (lo que es) y Ex Machina para reparto era abrir las puertas a un posible doblete, poco interesante para una maquinaria que no deja de ser una industria.

Mejor actor de reparto (Ganador: Mark Rylance - Puente de espías)

Aunque con la cabeza mi ganador era Tom Hardy, mi corazón estaba con Sly. La Academia le debía cuanto menos un Oscar a Rocky Balboa, pero sospechaba que no iba a pagar su deuda. El intelectualismo predominante solo concebiría premiar a un héroe de acción si abandona completamente sus registros, y en este caso, hasta su nombre.
Creo que no me equivoco si digo que, de perder por ejemplo Tom Hanks a un hijo (Dios no lo quiera, es solo un ejemplo), se le premiaría en su primera candidatura tras el suceso. Más aún si lo hiciera, por ejemplo, con un Forrest Gump crepuscular, con referencia incluida dentro de la película. Pero Sly es un héroe de acción, y no solo eso, es el héroe de acción que se convirtió en hombre de negocios, capaz de rentabilizar sus propias producciones al margen de una industria que no contaba con la emancipación de un instrumento de usar y tirar.
Tom Hardy tendrá muchas más oportunidades, es un coloso, Sly, como Rocky Balboa, estaba ante la que podría ser su última oportunidad, y como Rocky, ha perdido con la cabeza bien alta, y se va con el cariño del público.
¿Y por qué aposté por Rylance? Sencillo. Creyendo que no iban a pagar su deuda con Sly, y siendo la de Hardy una gran interpretación, pero de un personaje despreciable (y la manía de mezclar las cosas salvo que se trate del Joker), solo me quedaba una opción, igual que a Spielberg para no irse de vacío...

Mejor actriz principal (Ganadora: Brie Larson - Room)

Larson había ido recogiendo uno a uno todos los grandes premios de la temporada en USA. Cualquier otra cosa habría sido una sorpresa mayúscula.

Mejor actor principal (Ganador: Leonardo DiCaprio - The Revenant)

No voy a mentir, llegué a pensar que Eddie Redmayne podría llegar a repetir y hundir en la miseria al mejor actor de su generación. Leonardo DiCaprio ha aprendido finalmente que no basta trabajar con los mejores, no basta la transformación física, la expresividad, o la entrega absoluta a situaciones de alto riesgo para su carrera. Para llevarse el gato al agua hay que interpretar a un hombre bueno, sufridor, y creyente en el Karma. Esa es la única explicación posible para que, el que debiera ser su tercer Oscar como actor principal sea únicamente el primero. Porque Jordan Belfort era un ser despreciable y Howard Hughes un lunático. Ahora que ya lo tiene, espero que siga aceptando papeles arriesgados y no se limite a repetir la fórmula. Todos saldremos ganando.

Mejor Director (Ganador: Alejandro González Iñárritu - The Revenant)

Resulta contradictorio que, cuando a excepción de la fotografía, todos los apartados técnicos que en mayor o menor medida dependen del director fueron para Mad Max, se premie a Iñárritu por encima de George Miller. No importa que el segundo tenga 70 años, y una empresa como Mad: Max: Fury Road a esa edad sea casi comparable al viaje del protagonista de The Revenant.
Y no es que sea una injusticia. The Revenant, aunque solo sea por la ambición de salir de un escenario prefabricado donde solo ameritaba una meticulosa planificación como Birdman, para trasladarse a un entorno que acaba robándose media película, ya merece una alta consideración, así como el virtuosismo técnico, fuera de toda duda, del director mexicano.
Pero sospecho que las simpatías responden a otros motivos, cuanto menos dudosos para quien os habla. Porque Iñárritu se ha convertido en el nuevo gurú, un hombre con la capacidad de vender sin que parezca que está vendiendo. Un meticuloso y perfectamente temporizado discurso sobre decisiones al límite, entornos hostiles y condiciones extremas que no casa demasiado con el discurso habitual de otras ocasiones: el arte por encima de todo. Más si cabe cuando esas son, precisamente, las mismas condiciones a las que se enfrentó tu máximo rival, repito, a sus 70 años.

Mejor Película (Ganador: Spotlight)

Muchos me preguntaréis, Marcos, ¿por qué Spotlight? Y mi respuesta sigue al hilo de la categoría anterior. Al grano.

Mad Max: Fury Road es un Blockbuster. Solo han roto esa barrera El Retorno del Rey (por insistencia y aplastamiento), Braveheart, y Gladiator. No lo hicieron, entre otras, Tiburón, El Imperio Contraataca, En busca del Arca perdida, o Avatar. Casi todas ellas, con algo más de chicha o pretensiones que el puro Rock & Roll en el páramo. Por más que para los que disfrutamos de todo tipo de cine no fuera una opción ni mucho menos descabellada, sus opciones reales eran ínfimas. Y así seguirá siendo durante mucho tiempo. Mejor nos acostumbramos...

The Revenant era sin duda la gran favorita en la mayoría de las quinielas. PERO, premiar con dos dobletes consecutivos a Iñárritu por dos títulos con una recepción cuanto menos dividida entre el público, podría suponer un agravio comparativo demasiado grande con auténticas leyendas del cine que nunca lo consiguieron. Le habría elevado a un Olimpo donde, ni siquiera sus más firmes defensores (un saludo Unai) pueden creer con el corazón que merezca estar a día de hoy.

Y el gusto general por las películas más buenistas y lacrimógenas del tito Spielberg pertenece ya a otro tiempo.

Así que la opción, aunque arriesgada, debía ser Spotlight. Aparte de lo ya expuesto, por los motivos siguientes.
En primer lugar se trata de un tema controvertido, que sin embargo casa a la perfección con la línea trazada por el Papa Francisco, así que no corría el riesgo de poner en pie de guerra a la Iglesia Católica.
En segundo lugar, antes de la irrupción de The Revenant, era la que parecía liderar la carrera, y a veces, solo a veces, la primera impresión es la que cuenta.
Y en tercer y último lugar, se trata de una película coral, ergo, con más actores implicados, ergo, potencialmente con más relaciones entre los académicos. No es un factor decisivo, pero puede ser importante.

En definitiva, la gran beneficiada por consideraciones ajenas a lo que es estrictamente la película, y una nueva contradicción histórica de los premios de cine más famosos del mundo. Lo de más prestigiosos cada vez lo tengo menos claro.

Sin más, cierro este repaso invitándoos a compartir vuestras reflexiones en los comentarios o a través de cualquiera de las redes sociales.
¡Saludos a tod@s!

jueves, 18 de febrero de 2016

Deadpool (Tim Miller, 2016) - Doble cheesebacon XXL.


Deadpool es lo que sucede cuando "el efecto Kingsman" se reproduce con un personaje desconocido para el público general, pero con un fandom fiel entre los lectores de cómic, y la simpatía general de los que no son tan fans.

Una película que no es ni más ni menos de lo que cabría esperar. Entretenida, moderadamente gamberra y por momentos muy divertida (otros no tanto). Un humor que pierde bastantes enteros cuando se sale de la auto-referencia, donde sí raya a un nivel bastante alto, pero no nos engañemos, porque así es Deadpool.

La violencia explícita está, pero va perdiendo fuelle a medida que avanza la cinta, hasta una batalla final bastante descafeinada en ese aspecto. Sin duda el Rated-R tiene más que ver con cuestiones sexuales y de vocabulario, ya que desde la escena del puente, esa violencia se va difuminando y apareciendo en pequeñas dosis.

Aunque también cabe la posibilidad de que a sus fans más hardcore este Deadpool no les parezca lo suficientemente trillado, parece que finalmente Ryan Reynolds sí había nacido para ser Deadpool. Yo, sin encontrarme entre ellos, así lo creo. Antes, necesitó cuatro incursiones bastante fallidas en adaptaciones de cómic. Dos como protagonista, y una con, supuestamente, el "mismo" personaje. Bien por él y su persistencia. Recordémoslo antes de dilapidar a otros actores en dudosas producciones (sí, me refiero a Fant4stic).

Deadpool no será recordada como una de las mejores películas del año al término del mismo, como uno podría llegar a pensar por algunas reacciones, pero oye, que le quiten lo bailao. Se ha ganado una secuela donde, con suerte, y algunos medios más, quizás podamos ver algo como mínimo igualmente gamberro, pero un pelín más espectacular.

Lo mejor:
-Aunque algo alejada del cánon (especialmente con los secundarios), fiel al espíritu del personaje.
-El humor auto-referencial, bien sea al género, a Ryan Reynolds, o al propio estudio.
-Morena Baccarin, maravillosa como Vanessa.
-La dinámica que se establece entre algunos personajes, como Dopinder/Deadpool o Vanessa/Wade.
-Los créditos iniciales (y su resolución posterior) molan mucho.

Lo peor:
-Un villano principal random y con poco carisma.
-Poco valor de revisionado (veremos si finalmente aparece en formato doméstico esa rumoreada versión 1.5)
-El bueno de Coloso, salvo en un par de momentos, parece estar un poco de pegote. Su CGI es bastante mejorable, aunque en honor a la verdad, no luce peor que el de Bryan Singer, ni mucho menos.
-Gina Carano.
-Quien espere algo extremadamente transgresor, podría salir decepcionado.

The Dark Critic vs. HitFix (and Man of Bronze). Objetivo: "Batman v Superman: Dawn of Justice"

Hace un tiempo me prometí a mí mismo dejar de lado estos infructuosos vs. Una futilidad que ya manifestaba en el mismísimo título de uno de ellos.
Porque si a la pregunta ¿Qué pasa cuando una fuerza imparable se encuentra con un objeto inamovible?, obtenemos una paradoja, esta no es tal si la fuerza que topa con ese objeto inamovible no es, de hecho, imparable.

Voluntaria o involuntariamente, Marvel Studios y DC/WB han creado una corriente antagónica de seguidores mucho más acentuada de lo que jamás haya sido entre lectores asiduos de cómic en el pasado. Y en el caso de Marvel Studios, estos son legión. Una legión activa en las redes sociales, ruidosa, y sobre todo, profundamente negativista y negacionista en todo lo relacionado con la competencia. Competencia que, a fin de cuentas, solo importa a las arcas de los estudios, y poco debería importar a la audiencia. En todo caso, debería incluso ser celebrada, ya que la esencia última de ésta es la de impulsar a los competidores a mejorar, a no relajarse, a ofrecernos más y mejores alternativas. Un espíritu que se está corrompiendo para detrimento de todos, excepto para las arcas de unos.

Ingenuamente, uno podría pensar que estos perfiles pertenecen a una audiencia mayoritariamente juvenil, creadora de mucho white noise, pero sin una capacidad real para influenciar a otras audiencias. Y puede que en el fondo así sea. Pero ahí es cuando entra en juego el llamado Clickbait. En una época en la que se habla más de lo que rodea a una película, que de la película en si misma, y en la que cientos de revistas especializadas, shows, blogs, páginas web, podcasts, canales de youtube, etc, intentan repartirse la tostada, la independencia ha pasado a convertirse en una rareza. Incluso medios de prestigio como Variety se hacen eco de cualquier rumor lo suficientemente extendido, aun si sus fundamentos son tan sólidos como la mantequilla, o sus especulaciones tan previsibles como el resultado de un partido entre profesionales y juveniles. Porque no se trata de informar, se trata de atraer a esas legiones, incrementar el tráfico, mejorar el posicionamiento, sin importar el daño colateral generado por el camino. Hombres y mujeres hechos y derechos, que no crean del todo tendencia, sino que más bien aprovechan y acrecentan las existentes para atraer hacia si mismos a todo ese fandom entregado y abnegado. Y de paso, aunque sea de manera circunstancial a los del otro bando y a los neutrales, porque a veces el tráfico no entiende de colores...

Tal es el caso del último rumor que sacude la red, iniciado por Drew McWeeney a través de HitFix, con un timing muy curioso: apenas unas horas después del magistral trailer final de Batman v Superman. En su exposición, de aproximadamente dos minutos, lo único que podría calificarse de "noticia" es que ha tenido acceso a gente que ha podido ver la película y el resultado no es el que esperaban. El problema es que esto no es contrastable en ningún caso. No porque, como algunos le piden en Twitter, no revele sus fuentes (ya sabemos que el periodismo no funciona así), sino porque oficialmente no se están ofreciendo screenings previos de la película a la prensa. No se puede corroborar a través de fuentes oficiales que nadie ajeno a la producción de la película haya tenido acceso a ella por el momento.
A continuación, McWeeney procede a especular durante la mayor parte de su exposición. "En Warner están preocupados", "Me sorprendería que JL se estrene cuando estaba previsto", "Me sorprendería que Zack Snyder la dirigiera", "Creo que adelantarán la película de Batman", etc...

Obviamente, como todos los grandes estudios, Warner está pendiente (que no preocupada en el sentido tremendista que se le está dando) de su inversión, y nuevamente, como todos los grandes estudios, va a ser reactiva a lo que dicte la taquilla. Así que condicionando la reacción del público, conseguimos que nuestras predicciones tengan alguna posibilidad de convertirse en realidad. Y si Batman v Superman no rebasa con creces a Man of Steel, lógicamente una de las primeras decisiones podría ser la de sustituir a Zack Snyder, cuyos haters también se cuentan por legión, al menos en la dirección. Y siendo Affleck la opción más plausible, también sería lo más lógico adelantar su Batman. Primero por ser la marca más robusta de la que disponen para rentabilizar al máximo una tercera inversión de gran magnitud, y segundo, para ver cómo se desenvuelve en un campo que, como director, le es ajeno. No sería la primera decisión de este tipo en el género, puesto que también hemos tenido cambios y célebres fugas, como la de Edgar Wright, en Marvel Studios, pero si se da, seguro que será la más sonada. En manos de estos grandes informadores, sonará como algo así: una demostración más de que WB anda por este mundo de los superhéroes como pollo sin cabeza, sin un plan definido y sin una dirección clara. ¿Veis? Yo también puedo hacer predicciones de medio pelo.

Drew McWeeney, el mismo que se inventó la supuesta política de que no podía haber bromas en las películas de DC, y al que ahora muchos dan credibilidad por el simple hecho de que hizo una crítica positiva a Man of Steel. Él mismo alude a sus 17 años de experiencia como crítico para fundamentar la solidez de sus incursiones en el periodismo informativo. No sé a qué espera Carol Leonning para ponerse a escribir lo primero que se le pase por la cabeza o le cuente algún vecino sobre la película...

Mención especial para Pedro Angosto, a quien cito ya que no tiene a bien permitir que cualquier comentario ajeno a sus intereses rebase la moderación en su blog Man of Bronze, pese a hacerse de manera respetuosa.
Un profesional capaz de crear mucho y diverso contenido, que sin embargo parece rebajarse a los más básicos instintos cuando de Batman v Superman se trata. La última, hacerse eco de las palabras de McWeeney dándoles carácter de sacrosantas, y haciendo gala de un medalleo inusual en alguien de su perfil. La penúltima, un repaso de unas 100 palabras, contando artículos y preposiciones, al último trailer de la película. Un análisis desde un prisma tan cínico, que si lo quisiéramos aplicar al trailer de Civil War, el resultado sería el mismo, eliminando la frase en la que habla con cierta sorna de Alfred, y añadiendo... explosiones por ejemplo. Y puestos a hablar de explosiones, en su línea, citar a Michael Bay, aludiendo a otro de los instintos más básicos de sus lectores, la vergüenza. Una frase en la que dice algo así como "ya sabemos a qué tipo de canis va dirigida la película" es la demostración más clara de ese juego tan obvio.

En conclusión, a un mes de su estreno, y tras un trailer sensacional, Batman v Superman afronta la fase final de su promoción herida de gravedad, con una proyección que en condiciones normales debería rebasar los 1000 millones de dólares, y que ahora podría verse rebajada a poco más de 800. Mucho tendrán que remar para contrarrestar el daño hecho. Pero el mayor daño puede ser el que nos estemos generando nosotros mismos, porque si la película resulta ser magnífica, pero la taquilla insuficiente, podrían haber cambios. Cambios que podrían ser, y eso sería lo más lógico, simplemente de cromos (Snyder por Affleck o George Miller), o de estrategia, sin duda más problemáticos.
Sabemos que la calidad no va asociada a la recaudación (p. ej. Batman Begins con 370 millones, o Iron Man con 580, por los 640 de Thor 2 o los 1400 de Age of Ultron), pero desde luego la recaudación sí que va ligada a la toma de decisiones. Y aunque la valoración general fuera muy buena, si los números no acompañan, es más que probable que WB no quiera jugarse una tercera inversión de semejante calibre a la misma carta. Así que a todos esos visionarios con dotes precognitivas, grandes maestros del prejuicio y mejores cazadores de visitas: gracias. Que Dios os lo pague con mucho tráfico.

¡Saludos a tod@s!

jueves, 11 de febrero de 2016

Lectura recomendada (del semestre): La Cosa del Pantano de Mark Millar y Grant Morrison (Swamp Thing 140-171, 1994-96)

Después de que la "eficiencia alemana" me haya mantenido varios meses casi incomunicado, retomo el blog con una entrada sencilla de esas que, si me pongo a contar meses, os debo unas cuantas. Al lío.


Durante estos meses de aislamiento involuntario, entre otras cosas, me he podido dedicar a completar lecturas pendientes. Y una de ellas ha sido esta etapa de La Cosa del Pantano recopilada en los dos tomos de "La Biblioteca de Lucien" publicados por Planeta, un formato no demasiado agradecido, pero el único disponible, y que tal vez ECC debería tener a bien reeditar, una vez amortizada la tercera versión recopilada en el mercado hispanohablante de la etapa de Alan Moore.

Y precisamente esa saga nacida de la genial pluma e indescifrable cabeza  del de Northampton, había sido hasta la fecha mi (casi) único contacto con el personaje. Y tiene una explicación, la más sencilla de todas; completada su lectura, lo más fácil es pensar que, después de Moore, no hay nada.

Pero si bien es cierto que el conjunto de esta etapa no alcanza las cotas de genialidad de Moore, no es menos cierto que dista mucho de ser considerado como "nada".

Y es que allá por 1994, un desconocido Mark Millar, tutelado por otra superestrella británica como Grant Morrison durante los primeros números, proponían un nuevo giro a la historia del elemental después de que, tras su marcha, se abandonaran prácticamente todas las bases sentadas por Moore.

Pero no se limitaron a crear un sucedáneo barato de algo irrecuperable, sino que con mucha personalidad (y para mi gusto, acierto), crearon algo diferente, y expandieron el Universo y la mitología de la Cosa mucho más allá, dando cierre a la historia de un personaje que no sería retomado hasta 2004 (ya que el arco de Vaughan de 2001 nos propone a "otra" Cosa del Pantano), y tampoco lo haría por mucho tiempo.

A grandes rasgos, Morrison pone la psicodelia y el onirismo, y Millar pone la violencia y el lenguaje soez. Y al final lo que nos queda, si queremos compararla con la propuesta de Moore, es una historia menos ecologista pero más terrorífica; menos psicológica pero más psicotrópica (aunque también existencialista y filosófica); menos profunda, pero también mucho más dinámica. Una lectura ágil, vertiginosa, con decenas de personajes entrando y saliendo, y malrollera. Sobre todo malrollera. Y es que si os hacéis con uno de esos tomos con olor a viejuno y humedad, u os dedicáis a su lectura en un estado semifebril, os garantizo que en más de una ocasión no vais a poder contener la náusea. No faltan un buen puñado de momentos en los que, más que a Millar y Morrison, su imaginario parece evocarnos a Clive Barker o H.R. Giger. En el dibujo, Phil Hester o John Mueller entre otros, plasman con absoluta solvencia este tono tétrico, onírico y violento, casi siempre con un buen dominio de la narración secuencial, al menos para un paladar curtido pero sin conocimientos técnicos como el de quien os habla.

Una lectura que bien merece ser recomendada, incluso enérgicamente, pese al vacío editorial al que de momento parece condenada. Que sí, que Moore es muy bueno y muy rentable, pero que su Cosa del Pantano sea un 10, no debería de relegar a este 8 holgado al olvido editorial, y menos en estos tiempos, en los que la reedición de cualquier cosa medio decente tiene muy buenos números de rentabilizarse mejor que algunas dudosas novedades...

Si ya la habéis leído, o lo habéis hecho a raíz de esta recomendación, os invito a compartir vuestros pensamientos en la sección de comentarios. ¡Saludos a tod@s!