viernes, 26 de julio de 2013

Lectura recomendada del mes: Demon in a bottle (1978-1979)


Cuando el personaje acaba de cumplir 50 años, y en gran parte "por culpa" de la encarnación ligera y humorística que se le ha dado en el cine, todos aquellos ajenos al mundo del cómic desconocen la truculenta vida que ha llevado el bueno de Tony Stark a lo largo de estos 10 lustros.
Para mí, incluso por encima de Spiderman, "el pupas" número uno de la casa de las ideas. Problemas de salud (de corazón, sistema nervioso, paraplejia, tetraplejia...), problemas amorosos, ha perdido (y recuperado) varias veces su empresa, la confianza de su mejor amigo (James Rhodes), ha elegido el bando impopular en una guerra civil... Vamos, que llegó un punto que lo de "The invincible Iron Man" parecía de guasa.

Esto se debe en gran parte a que lo que catapultó a Iron Man de personaje (relativamente) de segunda línea a uno de los primeros espadas de Marvel fue precisamente una de esas crisis, probablemente la más conocida y controvertida del mundo de los comics, la primera crisis alcohólica de un superhéroe. Hacia finales de los 70 y principios de los 80 el cómic americano empezó a atreverse con temáticas que hasta entonces le habían sido territorio vetado. Y lógicamente los elegidos para esta "prueba piloto" eran, como Iron Man, personajes reconocidos y relativamente bien situados, pero a cierta distancia comercial de los superventas y moral de los "paladines del bien".

Así, en The Invincible Iron Man n 117-129 (lo podéis encontrar en "Tesoros Marvel" núm. 7 y 8 de la línea Excelsior), el tándem formado por David Michelinie, Sal Buscema, y John Romita Jr. (ahí es nada) fue el encargado de llevar al millonario playboy al límite hasta caer en los dulces brazos de Johnny Walker. Todo ello a través de un intento de asesinato, un incio de relación con Bethany Cabe en el peor momento posible, o el intento de adquisición de Industrias Stark por parte de SHIELD.

En esta saga se recuperan algunos de los villanos "vintage" del vengador dorado como El espía maestro, Látigo o El fundidor, pero también se introdujo a un villano que acabaría siendo capital en el desarrollo del personaje, el hombre en la sombra en toda esta historia, Justin Hammer.

"Demon in a bottle" debe ser leído con cierta perspectiva histórica, ya que puede que no sea un desenfreno de acción comparable al panorama actual, pero teniendo en cuenta la época de la que hablamos, se trata de una de las introspecciones más arriesgadas nunca llevadas a cabo, y un punto de inflexión importantísimo en la carrera de uno de los personajes universalmente más reconocidos en nuestros días. El dibujo de Romita Jr. sin duda sobresale en una de las mejores etapas visuales del personaje, tanto hasta entonces, como sobre representaciones por venir más adelante.

Un imprescindible para cualquier tipo de lector con un mínimo interés por Iron Man. Espero que os guste.

¡Saludos a tod@s!

2 comentarios: