lunes, 1 de julio de 2013

The Dark Critic vs. La crítica profesional (II): La otra cara de la moneda


Quienes me sigáis con asiduidad sabréis que en su día ya hice una crítica algo buenista de "Iron Man 3", alabando el carisma de Downey jr. y la buena mano de Shane Black, la intrascendencia, y el entretenimiento sin pretensiones, aunque sin engañar a nadie, pero sin querer incidir demasiado ni hacer sangre con algunos de los fallos de la película.
Hoy me apetece tratarla como se está tratando a otras cintas del género, y para ser más concreto, como se ha tratado a "Man of Steel". Porque queriendo ser ácidos, también hay muchas cosas que pueden no funcionar en esta película, pero a diferencia del hombre de acero, la crítica ha mostrado una actitud mucho más relajada con el de hierro.

A nivel puramente sentimental para algunos, el tratamiento del Mandarín es sangrante e inadmisible. A un verdadero fan del personaje podría llegar a hervirle la sangre hasta el punto de querer abandonar la sala, que no es poco. Pero no me quedaré en eso, más allá del puro frikismo, el villano en sí palidece junto a la ilusión de villano. Una vez desvelada la crítica (sesgada) a la manipulación del terror, la película queda huérfana de antagonista, un ingrediente principal si tenemos en cuenta el género que traemos entre manos. No hace falta ni sacarlo de su propia cinta para hacer comparaciones, y es que puede dar hasta vergüenza ajena compararlo con el Zod perpetrado por Michael Shannon. Guy Pearce se lo toma a broma y eso hace que no parezca desentonar con el tono general de la película, pero eso no lo convierte, ni por mucho, en un gran villano. Sin salir de su propia franquicia, el propio Stane le sacaría todas las vergüenzas.

También resulta curioso que, siendo uno de los mayores adalides del capitalismo, basten un par de helicópteros para atacar la casa de Stark después de que este decida autoproclamarse como objetivo del terrorista más buscado del mundo.. Por más que Stark sea Iron Man, creo que los americanos no andan tan escasos de cazas y personal militar...No sólo el ejército, que en Man of Steel pueden ser palmeros, pero al menos haen acto de presencia, sino la propia S.H.I.E.L.D o el resto de Vengadores. Resulta que el bueno de Nick Fury se puede pasar a tomar unas cañas cuando necesita algo, pero cuando uno de sus activos corre peligro, ni está, ni se le espera... Resulta que Mark Ruffalo tiene tiempo para escuchar las tonterías de Tony tras los créditos, pero no para echarle una mano cuando lo necesita; Thor debe andar ocupado lidiando con "Mario Valokizo", y así un largo etcétera.

También está muy bien que las chorrocientas armaduras estén o no disponibles según convenga a los guionistas, o que después de haber sobrevivido al martillo de Thor, al escudo del Capitán América, y a una invasión alienígena, ahora resulte que pueden ser destrozadas prácticamente por cualquier cosa, desde fuego de artillería a un simple camión... Otra cosa es que hagamos la vista gorda porque es "entretenimiento puro". Precisamente, que el entretenimiento simple deje tantas lagunas, aún sin tocar temas en los que parecen ineludibles (viajes en el tiempo, cambios de cánones establecidos, continuidades alteradas...) podría considerarse un mayor pecado si uno quiere juzgar a malas.

Además, que en un nuevo ejercicio de puritanismo, Disney haya cambiado el alcoholismo de "El diablo en la botella" por unas supuestas crisis de ansiedad, le ha restado mucha fuerza a la evolución del personaje, haciendo que en muchos tramos, ni siquiera el propio Downey jr. se la crea. Pero al parecer poco importa si todo se adereza con una buena dosis de su humor, algo de lo que tanto él como Black han sido bien conscientes a la hora de tapar agujeros.

El final es un espéctaculo aparente, carente de épica real, obcecado en el careo constante y el cuerpo a cuerpo, que desmerece prácticamente todos los atributos conocidos de Iron Man para que siga brillando Tony Stark. Hasta que a él también se le desmerece con un "deus ex machina", que puede que se justifique, pero en ningún caso sorprende. Ni sorpresa, ni épica, algo que puede ser todavía peor si tenemos en cuenta que podría tratarse de la última entrega de Iron Man en solitario.

Así que, mejor que "Iron Man 2", sí, y aprobada por el esfuerzo colectivo de algunas partes que conocen bien su oficio, pero un buen ejemplo de cómo un prisma condicionado y laxo puede cambiar la valoración global de una cinta que en ningún caso debería rebasar el notable, como está haciendo ampliamente en la mayoría de termómetros autoproclamados como especializados.

Urge una desimplicación de estos sectores para quien no quiera convertirse en uno de esos especímenes que idolatra o desdeña según le venga dado, negándose a ver muchos de los defectos de un producto que yo no desdeño como "Iron Man 3" y las muchas virtudes de otro, que tampoco idolatro, como "Man of Steel". Esta entrada, como dije, responde más a una función ilustrativa, mostrando cómo una misma persona puede, en función de lo que quiera demostrar, alabar las virtudes, o sacar las vergüenzas a una cinta. Allá cada cual con su conciencia...

¡Saludos a tod@s!

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