jueves, 12 de junio de 2014

King of Devil's Island ("Kongen av Bastøy". Marius Holst, 2010): Un drama carcelario lleno de grises.


Inspirada por los hechos reales ocurridos en el centro penitenciario para jóvenes de la isla Bastoy a principios del siglo XX, King of Devil's Island nos entrega un metraje que combina con acierto algunos de los clichés más habituales del género carcelario y el drama juvenil con una serie de dilemas morales que laten bajo su superficie. Si a esto le sumamos una fotografía magnífica, una gran banda sonora, y actuaciones convincentes, el resultado final es notable.

Si bien no nos deja con la satisfacción instantánea que pueden producir otras cintas de este estilo después del tour de sufrimiento de sus protagonistas, sí que deja un poso sobre toda una serie de cuestiones que conviene no perder de vista. Para quien os habla, sin tener nada en contra de la fórmula clásica sino más bien al contrario, también son de agradecer propuestas diferentes, donde los buenos no sean tan buenos ni los malos tan malos, donde la línea entre victoria y derrota, o conveniencia y convicción sea difusa y difícil de trazar.

A través del paralelismo con un relato sobre un arponero y una ballena, la película nos narra la llegada de Erling, un joven impulsivo y de fuerte carácter, a la isla de Bastoy. Su aparición alterará el orden y la disciplina impartidos por el Bestyreren (Stellan Skarsgard), que intentará doblegar su voluntad como en su día hizo con Olav, actual "líder" del barracón C a punto de obtener su libertad, y al que será asignado el nuevo recluso.

Hasta aquí, como dije, todo más o menos normal: nuevo gallo en el corral, revolución en la granja. Tenemos además otros elementos clásicos, como el recluso apocado que debe lidiar con un abuso incluso mayor que el que reciben sus compañeros, o el hecho de que, salvo rumores de pasillo, no sepamos exactamente qué ha hecho cada uno de ellos para acabar allí. Pero lo interesante empieza aquí; las acciones de Erling, si bien moralmente correctas desde un punto de vista individual, pueden desembocar en consecuencias tan negativas para el grupo, que la consideración ética tal vez no pueda ser la misma desde un punto de vista colectivo. En contraposición, la obediencia de Olav puede tener también consecuencias terribles para individuos concretos, no solo a costa de su propio interés, sino del de la mayoría del grupo, haciendo que ninguna de las posturas sea la correcta en términos absolutos. Equilibrar las responsabilidades, especialmente en situaciones límite, no debería ser fácil para ningún líder, y esta historia es un claro reflejo de ello.

Otro ejemplo es el personaje de Skarsgard, que se mueve casi constantemente entre los extremos de la escala de grises. Se trata de una suerte de alcaide, bajo cuya jurisdicción ocurren algunos abusos injustificables; aunque pueda parecer que en ocasiones mira hacia otro lado con indiferencia, en otros momentos parece contener una preocupación genuina por los chicos ante el descubrimiento forzoso de algunas circunstancias. Nunca nos queda del todo claro si las medidas aplicadas (o no), son fruto de sus propias convicciones, o simplemente lo más cercano a un mal menor que es capaz de procurarles.

Si buscamos un villano más clásico y visible, lo encontraremos en la figura de Brathen, que siguiendo con la analogía con el género carcelario, vendría a ser como el jefe de los guardas, al que probablemente lleguéis a odiar profundamente.

En esta historia a veces es más importante lo que no se ve, lo que no se dice, dejando que nos aproximemos a los personajes y ahondemos en ellos con una visión más personal, y por lo tanto única; algo que siempre me ha parecido una escritura muy inteligente, efectiva para una película, pero a la vez muy complicada de llevar a cabo. No es que no quiera desarrollar a los personajes, es que prefiere ir ofreciendo detalles, silencios, miradas y matices, y que sea el propio espectador el que haga ese ejercicio.

Puede que en su tramo final la película se tome alguna licencia conveniente, y que la correlación con el relato del ballenero pueda resultar un poco confusa, o demasiado insistente en ocasiones, pero en su conjunto me parece una cinta muy recomendable, y que merezca probablemente más de un visionado.

¡Saludos a tod@s!

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